No, realmente es la cirugía mas desafiante para cualquier cirujano plástico y requiere de un constante e intenso entrenamiento, experiencia y sentido artístico amplio para optimizar y garantizar el resultado. Asimismo, se debe individualizar cada caso, haciendo una evaluación exhaustiva preoperatoria de cada nariz, para planificar adecuadamente el plan de trabajo y así garantizar los resultados.

Actualmente, la gran mayoría de cirujanos no colocamos tapones al culminar una rinoplastia, por lo tanto el/la paciente puede respirar cómodamente por la nariz luego de la cirugía.

Si, esto contribuye a que la nariz se edematice menos posible y se acomoden los tejidos adecuadamente. El yeso debe permanecer entre 7 a 10 días.

Es conveniente que un médico anestesiólogo intervenga en una rinoplastia, encargándose de la anestesia de el/la paciente. Existen diferentes técnicas para aplicar anestesia durante una rinoplastia, últimamente, se utiliza mucho la anestesia local apoyada con una máscara laríngea.

Existen dos condiciones preoperatorias para que un otorrino deba operar una nariz conjuntamente con el cirujano plástico: primero, la presencia de una desviación del eje nasal

Actualmente contamos con analgésicos modernos muy seguros, efectivos y específicos para el control del dolor posoperatorio luego de una lipoescultura. Si bien es cierto que existe un dolor moderado las primeras 48 a 72 horas, este es controlado en gran parte con el uso de estos analgésicos.

Si. Las condiciones de la piel previas a una lipoescultura deben ser exhaustivamente evaluadas pues son determinantes en la calidad del resultado final. El cirujano debe tomar en cuenta la presencia de flacidez cutánea, redundancia de piel, estrías visibles y grado de elasticidad de la misma para determinar e informar a la paciente el pronóstico en relación al resultado de la piel. En algunas oportunidades, la paciente es candidata para otro procedimiento denominado abdominoplastía.

Actualmente se cuentan con dos métodos modernos VASER ®)dirigidos a traumatizar menos los tejidos durante el procedimiento, condicionando un período posoperatorio con menos dolor, menos hinchazón e inflamación y más rápida recuperación, contribuyendo así a una mejor calidad en el resultado final.

No, el cirujano es el indicado para determinar cuál es el implante más adecuado para cada paciente, pues éste varía en volumen, forma, proyección y superficie. Esto depende de las características del tórax y de las mamas de la paciente

Todo implante sufre, con el paso de los años, un envejecimiento de su envoltura, debilitándose y quedando susceptible a una ruptura; es por ello que se recomienda que los implantes actuales deben ser recambiados aproximadamente cada 12 a 15 años.

No, existen características propias de los pacientes que deben considerarse para determinar si es mejor usar un implante anatómico o redondo. Es el cirujano el indicado para determinar cuál es el implante más adecuado para cada caso.

Actualmente los implantes de solución salina se usan muy poco, debido a dos problemas específicos: Con el paso de los años, sufren una deflación, es decir, una pérdida de líquido contenido y por ende una disminución gradual del volumen; el otro problema es que en un grupo de pacientes, hay zonas de la mama en que el implante se localiza prácticamente debajo de la piel y a ese nivel, se palpa como si fuera una “bolsa de agua”.

Esta es una decisión técnica que le compete exclusivamente al cirujano. Existen indicaciones precisas para colocar el implante detrás o delante del musculo pectoral mayor, no existiendo un plano mejor que el otro. Si bien es cierto que actualmente hay una tendencia a colocarlo delante del músculo, la colocación en un plano inadecuado conlleva a complicaciones posoperatorias de diferente tipo y gravedad.